¿Cuál era marca de la bestia?
En el libro de Apocalipsis, leemos acerca de la llegada de la bestia —el enemigo del pueblo de Dios—. Durante este período, los seguidores de Cristo serán excluidos de participar en la economía local, a menos que acepten colocar sobre su cabeza y su mano la marca de la bestia (Apocalipsis 13:16-18). Pero, ¿cuál es la naturaleza exacta de la marca?
Para comprender el verdadero significado de la marca de la bestia, se debe tener en cuenta algo —el libro de Apocalipsis es un documento judío, antiromano—. Una vez nos demos cuenta de ello, debemos recordar lo que establecía el texto más importante de la Torá judía, el mismo que era recitado dos veces al día: «Escucha, ¡oh Israel!, el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno». Tenía otra parte, menos famosa, pero integral:«Las atarás (los mandamientos de Dios) como una señal a tu mano y estarán en tu frente» (Deuteronomio 6:4-8). El pueblo judío, tanto hoy como en la antigüedad, cumple este mandamiento al atar literalmente las palabras del Dios vivo que se encuentran en la Torá a su mano y a su cabeza casi todos los días de la semana. Esta práctica se llama: «la colocación de un tefilín».
Si el libro de Apocalipsis se lee con el entendimiento del contexto judío del siglo I, queda claro que no debemos imaginar que un día todo el mundo se someterá a un procedimiento médico en el que se insertará un circuito electrónico debajo de la piel (como especulan algunos maestros de la Biblia). Al contrario, deberíamos entender que la marca de la bestia es una expresión interna o externa que se opone a la Ley de Dios en la vida de un ser humano. Como enemigo de Dios y de su pueblo, la bestia malvada naturalmente querría reemplazar la marca de Dios que va en la mano y la cabeza del creyente con su propia marca.
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