¿Cuál es el significado de seiscientos mil?
Por Dr. Nicholas J. Schaser
En la Biblia los números tiene significados más allá de los dígitos sobre la página. Un ejemplo de ello es la cantidad de esclavos hebreos que salen de Egipto: «El pueblo de Israel viajó de Ramsés a Sucót, cerca de seiscientos mil (כשׁשׁ מאות אלף; k’shésh-meót élef) hombres a pie, además de mujeres y niños» (Éxodo 12:37). Con base en este versículo, algunos estiman el número total de escapes que exceden dos millones. Los arqueólogos señalan que tanta masa de personas debería haber dejado atrás un tesoro de artefactos, pero hasta a la fecha se ha desenterrado muy poco. Esta disparidad lleva a algunos lectores a descartar el éxodo como algo ahistórico, pero tal conclusión olvida el simbolismo númerico de las Escrituras. «Seiscientos mil» no se refiere a una población precisa —como clarifica el prefijo aproximativo, «cerca» (כ)—, sino a un recordatorio del sexto día en Génesis. Éxodo muestra que el surgimiento de Israel de Egipto marca una nueva y gran creación al recordar la creación de la humanidad al sexto día.
El inicio de Éxodo hace eco del comienzo de Génesis, y por lo tanto, encuadra la narrativa consiguiente como una creación de la historia. Al final del primer capítulo de las Escrituras, Dios le dice a la humanidad: «Sean fructíferos(פרו; perú) y multiplíquense (רבו; revú) y llenen la tierra (מלאו את-הארץ; milú et-ha’áretz)» (Génesis 1:28). El Éxodo muestra que los hebreos en Egipto cumplen el primer mandato de Dios para los seres humanos. Después de que José y su generación muriera: «El pueblo de Israel fue fructífero (פרו; parú) y se multiplicó (ירבו; yirbú)… y la tierra se llenó (תמלא הארץ; timalé ha’áretz) con ellos» (Éxodo 1:7). El comienzo de Éxodo reutiliza el lenguaje exacto del mandato de Dios en Génesis para mostrarle al lector que lo que está a punto de desplegarse será la instancia de una nueva creación.
Durante todo el resto de Éxodo, las referencias al sexto día de la creación recurren continuamente. Por ejemplo, Dios provee dos días dignos de maná «el sexto día (ביום השׁישׁי; b’yóm ha’shishí) para que el pueblo no necesite recoger comida en sabbat» (Éxodo 16:5, 22, 29). Cuando Moisés recibe la Torá en el Sinaí, Dios recuerda de nuevo la creación al declarar: «Seis días (שׁשׁת ימים; sheshét yamím) trabajarás y harás todo tu trabajo, pero el séptimo día… no harás ningún trabajo… Porque el sexto día el Señor creó los cielos y la tierra, los mares, y todo lo que está en ellos, y descansó el séptimo día» (Éxodo 20:9-11; consultar Éxodo 23:12). Tal descanso del trabajo también se extiende al trabajo de un esclavo hebreo después de «seis años» (Éxodo 21:2) y después «seis años» de trabajar la tierra con un séptimo año de labrarla (Éxodo 23:10-11). Finalmente, la gloria del Señor cubre a Moisés con una nube por «seis años» y Dios le habla a Moisés el séptimo día (Éxodo 24:16).
Todos estos ejemplos recuerdan el sexto día de la creación (y como subsiguiente, el descanso del séptimo día) en el que Dios formó a los seres humanos a imagen divina. Después del coronamiento de este logro creativo: «Dios vio todo lo que había hecho y miró que todo era bueno. Y hubo noche, y hubo mañana, el sexto día (יום השׁישׁי; yóm ha’shishí)» (Génesis 1:31). Por lo tanto, cuando «cerca de seiscientos mil» salieron de Egipto (Éxodo 12:37), el número proporciona otro vínculo con la creación, y comunica la verdad teológica de que la libertad de la esclavitud constituye una nueva humanidad en el pueblo elegido de Dios.
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