¿Cuál fue el trabajo de Adám en el Edén?
Por Dr. Ashley E. Lyon
Según la mayoría de traducciones, Génesis 2:15 dice que Dios tomó «al humano» (האדם; ha'adám) y «lo puso en el jardín del Edén para cultivarlo y guardarlo (לעבדה ולשמרה; le'avdá u'leshamrá)». En esta interpretación, el primer ser humano se coloca en el jardín para trabajar la tierra y cuidar sus productos. Sin embargo, una traducción alternativa de las palabras hebreas para «cultivar» (עבד; avád) y «guardar» (רשׁמר; shamár) sería «adorar y obedecer». Basado en el contexto de Génesis, es razonable asumir que ambos pares de significados están en juego: Dios coloca a Adám en el jardín no solo para ayudar a que la tierra florezca, sino también para mantener una relación de adoración y obediencia con el Señor.
Dios quiso que el primer ser humano supervisara la creación y la idea de «cultivar y cuidar» el jardín encaja con la noción de adorar y obedecer al Creador de todo. Como un acto de servicio, Adám no solo cultiva el jardín, sino que también enriquece el vínculo entre él y Dios. Los términos לעבדה ולשמרה también se usan para la tarea levítica del ministerio en el Templo (consultar Números 3:8). El uso similar del lenguaje tanto en Génesis 2:15 como en Números 3:8 sugiere que el jardín del Edén podría verse como un templo de Dios en el que el primer ser humano sirvió en un papel sacerdotal.
Por lo tanto, a Adám se le asignó la tarea de mantener un ambiente en el jardín del Edén que propiciara su bienestar espiritual y físico. En otras palabras, tanto «cultivar y guardar» como «adorar y obedecer», son traducciones apropiadas, ya que revelan el papel fundamental del primer ser humano en el desarrollo y mantenimiento de la comunión divino-humana.
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