Cuando la sabiduría vivía con la humanidad
Por Pinchas Shir
El libro de Baruc está incluido en el cánon bíblico por algunas iglesias, incluidas las tradiciones católica y ortodoxa. Otras denominaciones cristianas ven este libro como extra canónico (es decir, no incluido entre los textos autorizados de las Escrituras). Baruc fue un escriba del profeta Jeremías en el siglo VI a.C. Pero el libro de Baruc fue escrito en la era helenística, alrededor del siglo II a.C. Entonces, es seguro decir que fue nombrado en su honor a Baruc, pero escrito por otro escriba judío.
En este extracto, el autor habla de «sabiduría» o «entendimiento» (φρόνησις; phronesis). El término griego a veces es equivalente al término hebreo para «conocimiento» (בִּינָה; biná) y a veces se correlaciona con «prudencia» o «astucia» (שֶׂכֶל; séjel). A veces, Baruc usa el término más directo «sabiduría» (σοφία; sofía), que es (חָכְמָה; jojmá) en hebreo. El autor habla de un tipo especial de percepción que uno debe buscar, pero no puede encontrar.
Los gigantes de la antigüedad (nefilím) no tenían esta sabiduría. Baruc dice que perecieron por «falta de pensamiento» (ἀβουλία; abulia). Solo Dios es la fuente última de esta percepción especial. Y porque Dios amaba a Israel, dio «sabiduría» a sus hijos como un regalo. Dado que, en griego y hebreo, sabiduría es un sustantivo femenino, el texto a menudo se refiere a la sabiduría como «ella» y dice que «ella» ¡bajó a la tierra y vivió con las personas! (versículo 38). Compara esta idea con el prólogo del Evangelio de Juan, en el que la «palabra» de Dios (λόγος; logos) es un «él» que se hizo carne y habitó con la humanidad. Esta «palabra» también se describe como la «luz» (φῶς; phos) que ilumina el mundo. ¿Es eso similar a la sabiduría?
14. Aprende dónde está la sabiduría, dónde está la fuerza y dónde está el entendimiento, para que sepas también dónde está la extensión de los días y la vida, dónde está la luz de los ojos y la paz. 15. ¿Quién ha encontrado su lugar? ¿Quién ha entrado en sus tesoros? 16. ¿Dónde están los príncipes de las naciones y los que se enseñoreaban de las bestias que están sobre la tierra? 17. ¿los que se entretenían con las aves del cielo, y los que atesoraban plata y oro, en los cuales confía la gente, y de su obtención no hay fin? 18. Para aquellos que buscaron diligentemente la plata, y estuvieron tan ansiosos, y cuyas obras ya no se pueden descubrir. 19. Desaparecieron y descendieron al Hades, y otros han subido en su lugar. 20. Los jóvenes vieron la luz y habitaron en la tierra, pero no conocieron el camino del conocimiento. 21. ni entendieron sus senderos. Sus hijos no lo han aceptado. Están lejos. 22. No se ha oído hablar de ella en Canaán, ni se ha visto en Temán. 23. Los hijos de Agar que buscan el entendimiento, que están en la tierra, los mercaderes de Merrán y Temán, y los escritores de fábulas, y los buscadores del entendimiento, ninguno de ellos conoció el camino de la sabiduría ni se acordó de sus senderos.
24. ¡Oh Israel, cuán grande es la casa de Dios! ¡Cuán grande es el lugar de su posesión! 25. Es grande y no tiene fin. Es alto e inconmensurable. 26. Nacieron gigantes que fueron famosos en la antigüedad, grandes en estatura y expertos en la guerra. 27. A estos no los escogió Dios, ni les dio el camino del conocimiento, 28. y perecieron por falta de sabiduría. Perecieron por su propia insensatez. 29.¿Quién subió al cielo, la tomó y la bajó de las nubes? 30. ¿Quién ha cruzado el mar, la ha encontrado y la traerá a cambio de oro selecto? 31. No hay quien conozca su camino ni quien comprenda su senda.
32. Pero el que sabe todas las cosas la conoce a ella. Él la descubrió con su entendimiento. El que preparó la tierra para siempre la ha llenado de animales cuadrúpedos. 33. Es él quien envía la luz, y se va. Lo llamó, y le obedeció con temor. 34. Las estrellas brillaron a su vez y se alegraron. Cuando los llamó, dijeron: «Aquí estamos». 35. Brillaron de alegría para el que las hizo. 36. Este es nuestro Dios. Ningún otro puede compararse con él. 37. Ha descubierto todo el camino del conocimiento y se lo ha dado a Jacob, su siervo, y a Israel, a quien ama. 38. Después, ella apareció sobre la tierra y vivió con la humanidad. (Baruc 3:14-37; traducción de Brenton, modificada).
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