¿El Nuevo Pacto es realmente nuevo?
La idea de un Nuevo Pacto como se presenta en los Evangelios y en las Cartas Paulinas puede sonar «nueva» para los seguidores modernos de Cristo. Pero, ¿en verdad lo es?
Jeremías declaró que en el futuro el SEÑOR establecerá un Nuevo Pacto con la casa de Israel y la casa de Judá. Este pacto, a diferencia del anterior, se caracterizará por la Torá de Dios escrita en el propio corazón del pueblo antiguo de Dios (Jeremías 31:31-34).
Entonces, ¿hubo judíos en el siglo I que no siguieron a Jesús pero creyeron que vivían en los días del Nuevo Pacto? La respuesta es sí.
Cuando se hicieron diferentes descubrimientos arqueológicos importantes, fue evidente que los seguidores de Jesús del siglo I no fueran los únicos clamando la idea del Nuevo Pacto. Por ejemplo, leemos que algunos judíos llamaron a sus fieles: «a observar el sabbat y las fiestas de acuerdo a su verdadero significado y los ayunos y el día del ayuno de acuerdo a las indicaciones de aquellos que entraron en el Nuevo Pacto en la tierra de Damasco… que amen a su hermano como a ellos mismos y fortalezcan la mano del pobre, del necesitado y del extranjero…» (CD 8:15-17).
Los seguidores judíos de Cristo Jesús difirieron con ellos en ser persuadidos de que el Nuevo Pacto fuese inaugurado no cerca de Damasco, sino cerca de Jerusalén (Mateo 26:26-30) y a través de la sangre de Jesús. Entonces, ¿el Nuevo Pacto fue realmente «nuevo»? Para nada, de hecho, fue una idea judía muy antigua.
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