¿Existe un solo Dios?
Antes de decir algo más, admito que esta pregunta: «¿Realmente existe un solo dios?» suena ridícula y blasfema. Pero ya me conoces, normalmente hago preguntas que la mayoría de la gente no hace. Entonces, aquí vamos: ¿La Biblia realmente presenta a su público con una cosmovisión monoteísta (es decir, solo existe un dios)? La respuesta a esta pregunta es asombrosamente un ¡no!
De hecho, la Biblia refleja la antigua cosmovisión de un universo saturado de dioses. Aquí hay algunos textos representativos:
«Dios está en el Consejo Divino; Él juzga en medio de los dioses… Yo dije: “Ustedes son dioses, y todos son hijos del Altísimo”» (Salmo 82:1, 6).
«Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia, cuando dividió a los hijos del hombre, fijó los límites de los pueblos según el número de los hijos de Dios» (Deuteronomio 32:8 siguiendo la versión hebrea de Qumrán/LXX).
«Tributen al Señor, oh hijos de los poderosos, (literalmente de los hijos de dioses hebreos), tributen al Señor gloria y fuerza» (Salmo 29:1).
«¿Quién es como tú entre los dioses, OH SEÑOR?» (Éxodo 15:11).
«Porque el Señor su Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible…» (Deuteronomio 10:17).
«No tendrás otros dioses delante de mí» (Éxodo 20:3).
La visión del mundo divino presentada en la Biblia no es monoteísta, sino henoteísta (existe una multiplicidad de dioses, pero un Dios Supremo existe sobre todos ellos). El Apóstol Pablo, cuyo pensamiento estuvo muy en línea con esta idea (debido a su idea farisaica del shemá), escribió lo siguiente:
«Porque aunque haya algunos llamados dioses, ya sea en el cielo o en la tierra, (como por cierto hay muchos dioses y muchos señores), pero para nosotros hay un solo Dios, el Padre, de quien son todas las cosas y por quien existimos; y un solo Señor, Jesucristo, por quien son todas las cosas y por medio de Él existimos» (1 Corintios 8:5-6).
Hay otros seres celestiales poderosos (así es como en los tiempos bíblicos se entendieron a los dioses —cualquier dios es más grande que cualquier humano—). Ahora comúnmente nos referimos a ellos como ángeles y demonios (así como principados y potestades), pero en los tiempos bíblicos la mayoría de las personas los llamaron dioses y/o hijos de dios/es. Claramente, Moisés, Jesús y Pablo suponen esto. También están de acuerdo en un punto aún más esencial. Si bien pueden haber otros «dioses», ¡solo el Dios Altísimo, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob es digno de ser alabado, adorado y obedecido! ¡Vuelve a leer el Antiguo y el Nuevo Testamento hebreo como se pretendió originalmente!
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