Éxodo: Una nueva historia de la creación
Por Dr. Nicholas J. Schaser
Todos saben que Génesis es una historia de la creación. Génesis 1 detalla la creación de Dios del mundo; Génesis 2 y 3 discuten la creación de Adán, Eva y el Edén; los capítulos 6-9 registran la destrucción y la recreación después del diluvio; y el resto del libro narra los inicios de un pueblo elegido que Dios establece a través de Abraham, Isaac y Jacob. Al final de Génesis, José y sus hermanos crean una nueva generación de hebreos en Egipto. Pero el relato bíblico de los orígenes no termina con Génesis. La historia de la creación continúa en Éxodo, que comienza repitiendo el lenguaje que Génesis usó para describir los actos creativos primordiales de Dios; según Éxodo, la salida de la esclavitud en Egipto es una nueva historia de la creación —no sobre la creación del cosmos—, sino sobre la creación de una nueva nación, Israel.
Al final de Génesis 1, Dios le dice a la humanidad: «Sean fructíferos (פרו; parú) y multiplíquense (רבו; ravú) y llenen la tierra (מלאו את-הארץ; mil´ú et-ha’áretz)» (Génesis 1:28). Éxodo muestra que los hebreos en Egipto cumplen el primer mandato de Dios para los seres humanos. Después de que José y su generación murieran, «el pueblo de Israel fue fructífero (פרו; parú) y se multiplicó (ירבו; yirbú)... y la tierra se llenó (תמלא הארץ; temalé ha’áretz) con ellos» (Éxodo 1:7). El comienzo de Éxodo reutiliza el lenguaje exacto del mandato de Dios en Génesis para contextualizar el relato dentro del marco de la creación. Al comienzo de Éxodo, el texto se desvía para mostrar al lector que todo lo que está a punto de presentarse debe verse a través del lente de la nueva creación.
Sin embargo, inmediatamente después de que los lectores descubren que Éxodo narrará una nueva creación, queda claro que algo está mal; el pueblo de Israel ha cumplido parte del mandato de Génesis en Egipto, pero no todo. Inmediatamente después de decirles a los primeros humanos que sean fructíferos y se multipliquen, Dios les ordena que «dominen» (כבשׁ; kavásh) la tierra y gobiernen sobre ella (Génesis 1:28). Sin embargo, los israelitas no pueden dominar la tierra de Egipto, porque en cuanto se vuelven fructíferos y se multiplican, los egipcios someten a los hebreos como esclavos (Éxodo 1:9-14). En esta nueva historia de la creación, si el pueblo de Dios va a cumplir lo mandado en Génesis 1:28, Dios tendrá que liberarlos de la esclavitud y llevarlos a una nueva tierra que puedan dominar. Esta nueva tierra será la tierra de Canaán, pero para que los israelitas lleguen allí, Dios debe usar las plagas para revertir la creación de Génesis, para que Faraón deje que la gente se vaya...
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