Herodes y el genio de la Ingeniería Antigua
Por Dr. Ashley E. Lyon
El infame Rey, Herodes el Grande (72-4 a.C.), conocido principalmente por su brutalidad (consultar Mateo 2:16-18), también fue admirado por su habilidad para construir en el antiguo mundo mediterráneo. Sus proyectos de construcción incluyeron el Monte del Templo en Jerusalén, la fortaleza de Masada, los palacios de Jericó y Herodium, y la extensa metrópolis costera de Cesárea Marítima (donde Pablo estuvo una vez encarcelado; ver Hechos 25).
Uno de los conceptos erróneos sobre la cultura antigua es que estaban «menos avanzados» que nosotros hoy, desde sus pensamientos hasta su infraestructura. Sin embargo, esto es simplemente un estereotipo. Todos los proyectos de construcción de Herodes desafían esta noción, pero uno de los muchos ejemplos asombrosos que demuestran el genio de la ingeniería antigua fue su construcción de Cesarea Marítima. Los ingenieros romanos descubrieron el secreto del hormigón hidráulico (hormigón que aún se endurece bajo el agua) solo unos años antes de que Herodes construyera Cesárea. ¿Qué tal eso para el pensamiento y el ingenio?
El famoso arquitecto, ingeniero y autor Vitruvius (también conocido como Marco Vitruvio Pollio) publicó De architectua en el 25 a.C. —un texto arquitectónico que describe este genial descubrimiento—. Se utilizó una arena especial llamada puzolana para ayudar en el endurecimiento del hormigón bajo el agua. Vitruvio escribió: «También hay una especie de polvo... que se encuentra en el campo que pertenece a las ciudades alrededor del Monte Vesubio. Esta sustancia, cuando se mezcla con cal y escombros, no solo da fuerza a edificios de otro tipo, sino que incluso cuando se construyen muelles en el mar, se endurecen bajo el agua».
Los constructores de Herodes fueron ingeniosos. Cuando se enteraron de esto, utilizaron hormigón hidráulico para construir el puerto de Cesárea. En 1982 se exploraron dos grandes bloques de hormigón en el puerto (gracias a estudios de arqueología subacuática). El bloque más grande medía 40x50', 5' de alto, y contenía 10,000 pies cúbicos de concreto; el segundo bloque era solo un poco más pequeño y también se habían conservado los restos del marco de madera que lo rodeaba. Más tarde se determinó que estos bloques eran los cimientos de las torres que se encontraban en la entrada del puerto. Con asombrosas hazañas de ingenio como esta, podemos aprender mucho sobre el genio de las mentes antiguas si excavamos... o nadamos... ¡un poco más profundo!
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