Ismael y la akedá
Por Dr. Nicholas J. Schaser
Después de que Dios inaugura la elección de Israel con el llamado de Abram (Génesis 12:1-3), el Señor continúa con la línea elegida a través de Isaac (Génesis 21:1-3), diciendo: «…A través de Isaac será llamada tu descendencia…» (Génesis 21:12). Después de que Sara da a luz a su hijo, Dios prueba a Abraham, pidiéndole que sacrifique a Isaac —un acontecimiento conocido en la tradición judía como la akedá, o el «sacrificio» de Isaac—(Génesis 22:1-19). Al final, Dios salva a Isaac del cuchillo de Abraham con el propósito de continuar con el linaje escogido de Israel. No obstante, dicha salvación divina no se limita a Isaac el elegido; solo un capítulo antes de la akedá, Génesis anticipa la protección de Isaac cuando Dios salva a Ismael de la misma manera.
Génesis 22 describe la salvación de Isaac el elegido de este modo: «El ángel del Señor (מלאך יהוה; málaj Hashém) lo llamó (קרא; kará) a [Abraham] desde el cielo (מן השׁמים; min ha'shamáyim) y dijo... “No extiendas tu mano (יד;yád) contra el muchacho, ni le hagas nada, porque ahora sé que temes a Dios, ya que no me has rehusado tu hijo, tu favorito, de mí. Y Abraham alzó los ojos y miró (עניו וירא; enáv va'yár'), y vio un carnero detrás de él atrapado por sus cuernos en un matorral. Abraham fue, tomó el carnero y lo ofreció como holocausto en lugar de su hijo» (Génesis 22:11-14).
Génesis 21 usa el mismo lenguaje para describir la salvación del Ismael no elegido. Mientras Agar llora junto a su hijo porque se ha quedado sin agua en el desierto, «Dios oyó la voz del muchacho que lloraba; y el ángel de Dios (מלאך אלהים; málaj Elohím) llamó (קרא; kará) a Agar desde el cielo (מן השׁמים; min ha'shamáyim) y le dijo: “¿Qué tienes, Agar? No temas... alza al muchacho y sosténlo con tu mano, (יד; yád) porque yo haré de él una gran nación”. Entonces Dios abrió los ojos de ella y vio (עיניה ותרא; einéha va'tére) un pozo de agua. Fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho» (Génesis 21:17-19).
Así como Dios envía a un «ángel del cielo» que hace que Abraham «alce sus ojos» y vea un carnero que puede usar para salvar a su hijo, así el Señor también envía un «ángel del cielo» que hace que Agar «abra su ojos» y vea un pozo que salva a su hijo. Esto nos muestra que, mientras que Ismael no es «elegido» de la misma manera que Isaac, tanto (Isaac) el «elegido» como (Ismael) el «no elegido» reciben la misma gracia salvífica del Dios de Israel.
You can learn more profound insights (CLICK HERE for more)