Juzgando tanto el cuerpo como el espíritu
Por Pinchas Shir
Este es un extracto del texto judío titulado el «Apócrifo de Ezequiel», que sobrevivió en griego, pero probablemente estuvo compuesto originalmente en hebreo. Esta historia es una conversación imaginaria entre Marco Aurelio (Antonino) y el Rabino Yehudah ha-Nasi. Tanto el Talmúd como los escritores cristianos patrísticos comentan sobre algunas de estas historias, que nos ayudan a asignarle una fecha a este documento a finales del siglo I d.C.
Antonino le dijo al Rabino (Yehuda ha-Nasi): «Tanto el cuerpo como el espíritu son capaces de escapar del juicio. ¿Cómo? El cuerpo dice: “El espíritu pecó, porque desde el día se separó de mí; observa, he estado acostado como una piedra silenciosa en esta tumba”. El espíritu también puede decir: “El cuerpo pecó, porque desde el día me separé de él, observa, he estado volando en el aire como un pájaro”». Y él (el Rabino) le dijo: «Te daré una ilustración:
“El cojo y el ciego en el jardín: ¿A qué se puede comparar esto? A un rey de carne y sangre que tuvo un hermoso jardín que tenía hermosos higos anticipados. Y estableció en él dos guardas, uno cojo y otro ciego. El cojo le dijo al ciego: ‘Veo en el jardín hermosos higos anticipados. Ven y cárgame sobre tu espalda, y (los) recogeremos para comerlos’. El cojo montó sobre el ciego y los recogieron y los comieron. Después de unos días, el dueño del jardín llegó. Le dijo a ellos: ‘¿Dónde están aquellos hermosos higos anticipados?’ Entonces el cojo le dijo: ‘¿Tengo pies para caminar?’ Entonces el ciego le dijo: ‘¿Tengo ojos para ver?’
¿Qué hizo él (él rey)? Dejó que el cojo cargara sobre el ciego y los juzgó como uno solo. Entonces el Santo, bendito sea, trajo el espíritu colocándolo en el cuerpo, también los juzgó como uno solo. Porque se dice: ‘Él llamará a los cielos desde arriba y a la tierra, así que podrá juzgar a su pueblo’. ‘Él llamará a los cielos desde arriba’ —esto se refiere al espíritu—. ‘Y a la tierra así que podrá juzgar a su pueblo’ —esto se refiere al cuerpo—”» (Apócrifo de Ezequiel 1).
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