La luna nueva en el pensamiento hebreo

Por Dr. Yeshaya Gruber

octubre 08, 2019

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La historia de la creación describe a la luna y al sol como relojes naturales: «¡Que haya luces en el firmamento de los cielos… y que sean para señales y estaciones, y para días y años…» (Génesis 1:14-15) En la Biblia hebrea y en la tradición judía —como en muchas otras tradiciones culturales— la luna nueva trae celebración (ver Números 10:10).

En tiempos bíblicos, el pueblo de Israel observó este (ראש חודש; rosh jódesh), «cabeza del mes» con festejo (1 Samuel 20:18). Leemos que la luna nueva los llevaba (משוש; masós) «a regocijarse» (Oseas 2:11/13) y a un descanso de los negocios (Amós 8:5). Sin embargo, el significado de la luna nueva en el pensamiento hebreo es aún más profundo.

El antiguo profeta Yeshayahu/Isaías escribió acerca de la creación de «los nuevos cielos y la nueva tierra» en el contexto de una época generalmente conocida como la era mesiánica. En hebreo, la palabra para «nuevo» es (חדש; jadásh) de la misma raíz que (חודש; jódesh) «mes» o «luna nueva». Más importante aún, el mismo versículo del profeta hebreo dice que personas de «todas las naciones» vendrán a adorar al Dios de Israel cada sabbat y luna nueva (Isaías 66:18-23).

Con esto en mente, la liturgia de la sinagoga judía añade bendiciones especiales para la luna nueva, incluyendo una oración para «recordar al Mesías, hijo de David... y a todo tu pueblo, la Casa de Israel». Otra costumbre rabínica es salir a cielo abierto para ver la luna nueva y recitar Salmos de alabanza a Dios. La luna nueva es considerada como un símbolo de la redención final, una especie de «renacimiento» que señala la restauración profetizada de Israel hacia una nueva era de paz y bondad.

El libro judío-griego de Apocalipsis también hace referencia a estos temas de manera directa. Esta visión apocalíptica del siglo I describe los nuevos cielos, la nueva tierra e incluso una renovación de «todas las cosas». El texto continúa describiendo un «árbol de la vida» que trae sanidad a las naciones. Sorprendentemente, tiene doce frutas diferentes, específicamente, ¡una para cada mes o luna nueva! (Apocalipsis 21:1-5, 22:2)