Las plagas de Egipto: destruyendo la creación (II)
Por Dr. Nicholas J. Schaser
La semana pasada aprendimos que los diez usos de la palabra hebrea (ויאמר; vayomér) «Y [Dios] dijo...» corresponden a las diez plagas en Egipto: cada vez que Dios habla para crear el mundo en Génesis 1, Dios habla para destruir esa creación en Éxodo 7-12. A la luz de esta conexión entre la creación y las plagas, ahora podemos profundizar para observar que cada acto positivo de la creación en Génesis 1 encuentra su contraparte negativa en las plagas.
La primera plaga, en la que Dios convierte las aguas de Egipto en sangre, comparte el preciso idioma hebreo con Dios reuniendo las aguas en Génesis 1. Durante la creación, «Dios dijo (ויאמר; vayomér): “Que las aguas (מים; máyim) bajo los cielos se junten (יקוו; yikavú) en un solo lugar, y que aparezca la tierra seca”» (Génesis 1:9). La palabra hebrea que he traducido como «juntar» proviene de la raíz verbal (קוה; kavá) —el mismo verbo del que obtenemos (מקוה; mikvé), estanques para baños rituales en los que los judíos se sumergen hasta el día de hoy—. En Génesis, Dios crea «estanques de agua» al reunir las aguas primordiales en lugares específicos para formar los mares y revelar áreas de la tierra: «Y Dios llamó a las áreas secas “tierra” (ארץ; éretz) y a los estanques de aguas (מקוה המים; mikvé ha’máyim) los llamó “mares” (ימים; yamím); y vio Dios que era bueno» (Génesis 1:10). Dios crea tanto la tierra como los mares organizando las aguas en «estanques» o literalmente «mikvés» en la tierra. La actividad creadora de Dios está marcada por una organización y agrupamiento que saca orden del caos.
Volviendo a la narrativa de Éxodo, podemos ver que la primera plaga desenreda el mundo ordenado de los egipcios y sumerge a Faraón en el caos —exactamente lo contrario de lo que Dios hace en la creación—: «El Señor dijo (ויאמר; vayomér) a Moisés: “Dile a Aarón: ‘Toma tu bastón y extiende tu mano sobre las aguas (מים; máyim) de Egipto, sobre sus ríos, sus canales, sus depósitos y todos sus estanques (הוקמ; mikvé) de agua, para que puedan convertirse en sangre, y haya sangre en todas las tierras de Egipto'"» (Éxodo 7:19). En la creación, Dios había organizado «estanques de agua» en áreas específicas para hacer los mares; en Egipto, el Señor convierte los «estanques de agua» en sangre, lo que arroja a los egipcios a un estado de caos y desorganización: «Los peces del Nilo murieron y el Nilo apestó, para que los egipcios no pudieran beber agua del Nilo, y hubo sangre en toda la tierra de Egipto» (Éxodo 7:21). De esta forma, la primera plaga marca el comienzo de Dios destruyendo la creación de Génesis 1 e introduce el tema central de Éxodo; es decir, que el Dios de Israel hará cualquier cosa —incluso desenredar los mismos cimientos de la creación— para liberar a los hebreos de la esclavitud.
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