¿Pablo abolió las leyes dietéticas de la Torá?
Por Pinchas Shir
La primera carta de Pablo a Timoteo sugiere que las personas no deberían limitar los tipos de alimentos que comen porque todos los alimentos son creados por Dios y son buenos: «Porque todo lo creado por Dios es bueno, y nada se debe rechazar si se recibe con acción de gracias; porque es santificado mediante la palabra de Dios y la oración» (1 Timoteo 4:4-5). Esta enseñanza del Nuevo Testamento sostiene que, dado que Dios creó todo lo que nos rodea, incluidas las cosas que comemos, nada debe estar fuera de los límites gastronómicos. Sin embargo, en la Torá, Dios también prohíbe expresamente a Israel comer ciertos animales (consultar Levítico 11; Deuteronomio 14). Entonces, ¿cómo debemos entender la primera carta a Timoteo a la luz de lo que Dios dijo en la Torá?
Para algunos lectores del Nuevo Testamento, 1 Timoteo 4 (junto con Marcos 7 y Hechos 10) es un texto de prueba para demostrar que la llegada de Jesús marca el final de las restricciones dietéticas previas de la Biblia. Pero hay una falla en tal lógica: en el entendimiento judío, las restricciones dietéticas no son leyes para el mundo entero; más bien, son solo para Israel. Al transmitir las restricciones alimenticias a los israelitas, Dios repite que los animales prohibidos son «desagradables» para ustedes (להם lahém; consultar Levítico 11:4-8, 10, 12, 20, 23, 26-29, 31). La inclusión de creyentes no judíos (gentiles) en el rebaño de Jesús no suprime ni modifica las restricciones dietéticas de la Torá para Israel, ya que no todos los mandamientos de la Torá son igualmente aplicables a Israel ni a los miembros de las naciones que permanecieron con ellos.
Además, el versículo en 1 Timoteo no está discutiendo las leyes de comida judía en absoluto. Las leyes judías se aplican solo a los «animales» (בַּהֵמוֹת; behemót) y a los (חַיּוֹת; chayót) literalmente «seres vivos» (Levítico 11:2). La primera carta de Timoteo, por otra parte, se refiere a comer «comida» en general (βρῶμα; broma en griego, y מַאֲכָל; ma'ajál en hebreo) —no solo alimentos de procedencia animal, sino también frutas y verduras—.
Finalmente, el contexto más amplio de 1 Timoteo 4 muestra que la comida no es el tema real del versículo en discusión. Pablo no desaprueba la dieta bíblica, sino que critica a los ascetas que enseñan «doctrinas de demonios» (1 Timoteo 4:1), niegan su conciencia y mienten (1 Timoteo 4:2), «Hombres que prohíben el matrimonio y abogan por abstenerse de los alimentos que Dios ha creado» (1 Timoteo 4:3). Este lenguaje no describe un estilo de vida de la Torá, ya que los judíos ciertamente no prohíben el matrimonio y solo excluyen a ciertos grupos selectos de seres vivos como alimento.
Entonces, si las palabras de Pablo no pertenecen a la dieta judía, ¿a quiénes critíca? El judaísmo no fue el único movimiento religioso que reguló la dieta de los adherentes. Por ejemplo, los egipcios se negaron a comer la mayoría de los animales basados en su adoración. Algunos cínicos griegos y romanos prohibieron todos los placeres y disfrutes de la vida, insistiendo en que las personas solo deben comer para mantenerse con vida. Estos no son caminos judíos; el enfoque de Pablo no parece estar en las restricciones dietéticas judías, sino en restricciones más amplias de otros grupos religiosos. Primera de Timoteo insiste en que Dios creó alimentos por los cuales los seres humanos deben regocijarse, en lugar de rechazar, y que debemos disfrutar la abundancia del Señor con acción de gracias (pero es poco probable que las leyes de kashrút estén a la vista).
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