«Pensamiento» en el pensamiento hebreo
Por Dr. Yeshaya Gruber
«Pienso, por lo tanto, existo», exultó el famoso filósofo francés René Descartes. Los teólogos también, a menudo enfatizan la racionalidad como una línea divisoria entre los humanos y los animales. Pero, ¿qué entendemos por «pensamiento»?
Las traducciones bíblicas hacen un uso liberal del verbo «pensar» y del sustantivo «pensamiento». Sin embargo, como es habitual, estos términos en español (y en otros idiomas modernos) no coinciden con los antiguos conceptos de la Biblia hebrea, que son mucho más diversos.
En la actualidad las versiones bíblicas que tratan de mantenerse más cerca de las palabras originales del texto hebreo, usan «pensar» y «pensamiento» para traducir no menos de 22 palabras diferentes en hebreo y arameo. Esto, por lo tanto, reduce dramáticamente una vasta riqueza de significado.
La palabra hebrea principal que a menudo se traduce como «pensar» es en realidad (אמר; amár) «decir», que a veces se encuentra en la expresión (אמר בלבו; amár be-libó) «decir en el corazón de alguien». En Jueces 15:2, el texto hebreo dice (אמר אמרתי; amór amárti) literalmente «dije un dicho», pero la mayoría de las veces se traduce como «realmente pensé».
En español, un «pensamiento» puede ser una mera fantasía pasajera «que ocurre en» la cabeza de alguien. Por el contrario, la idea hebrea de «decir» (ya sea interna o externamente) se relaciona con un acto intencional.
¡Esta diferencia tiene implicaciones prácticas! En palabras de otro filósofo francés, Blaise Pascal, cada persona inventa una «conversación interna, que es importante de regular bien». Del mismo modo, en hebreo bíblico los «pensamientos» aleatorios no son lo mismo que las declaraciones o decisiones mentales intencionadas.
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