¿Por qué Pedro rechazó comer la comida que Dios le dio?
Por Pinchas Shir
Pedro una vez tuvo una visión enigmática mientras oraba: «Vio el cielo abierto y un objeto semejante a un gran lienzo que descendía, bajado a la tierra por las cuatro esquinas y había en él toda clase de cuadrúpedos y reptiles de la tierra y aves del cielo. Y una voz llegó a él: “Levántate, Pedro, mata y come”. Pero Pedro dijo: “De ninguna manera, Señor, porque yo jamás he comido nada impuro o inmundo”. De nuevo, por segunda vez, llegó a él una voz: “Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro”» (Hechos 10:11-15).
Pedro rechazó comer los animales en su visión, llamándolos (κοινὸν καὶ ἀκάθαρτον; koinon kai akatharton) «impuro e inmundo». Es una creencia común que al Apóstol se le ofrecieron solo animales inmundos prohibidos para Israel (consultar Levítico 11; Deuteronomio 14). La visión en realidad mostró una variedad de animales puros e impuros mezclados.
La mayoría de los lectores modernos pierden completamente el significado del versículo porque no entienden lo que estas palabras significan para Pedro en su contexto cultural. Para muchos lectores modernos «impuro» simplemente significa «sucio» pero para un judío del siglo I «impuro» (ἀκάθαρτος; akathartos) se refería a «profanación» (טָמֵא; tamé) una adoración ceremonial, relacionada a una descalificación temporal (Levítico 5:2; 15:32).
El segundo término en la visión traducido como «impuro» es (κοινός; koinos), que puede ser más confuso. Es un equivalente al hebreo (חֹל; jol) que significa «común», «ordinario», o/por lo tanto, «sin santificar». No hay nada «malo» o «pecaminoso» en el término traducido como «no impuro». De hecho, la palabra griega para «comunidad» (κοινωνία; koinonia), viene de la misma raíz lingüística. En la tradición judía, los intermediarios de una festividad larga como la Pascua se llaman (חֹל הַמּוֹעֵד; jol hamoéd) porque son días «ordinarios» y no solamente días de descanso.
La voz celestial en la visión insistió: «Lo que Dios ha limpiado para ti, no lo hagas común (κοινός; koinos)» (Hechos 10:15). Pedro rechazó comer lo que vio porque los animales puros en la visión estuvieron mezclados con los impuros y por eso estuvieron contaminados. Muchos intérpretes suponen que Dios limpió todos los animales para Pedro, pero recuerda que hubo dos tipos de animales en la visión.
La Torá divide a todos los animales en categorías: «impuros» (טָמֵא; tamé) y «puros» (טָהֵר; tahór). Los animales «impuros» están prohibidos para comerse y solamente los animales puros pueden clasificarse como (κοινός; koinos)/(חֹל; jol) «común», para el uso diario. Solo la carne de estos animales puros, que es «común» puede llegar a ser «santa» (קָדוֹשׁ; kadósh) si se ofrece a Dios en el altar.
Ambos, los animales puros (y humanos) pueden «contaminarse» y ser «impuros» temporalmente. Pero también pueden purificarse y restaurarse a su estado previo. Y esto es exactamente lo que la voz divina está diciéndole a Pedro. En la visión de Pedro, Dios limpió los animales puros, a los creyentes de las naciones. Y no son «comunes», sino «santos» (קָדוֹשׁ; kadósh).
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