¿Qué es estar revestido de Cristo?
Por Dr. Nicholas J. Schaser
En su carta a Gálatas, Pablo declara: «Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo habéis sido revestidos» (Gálatas 3:27). Aunque los lectores pueden suponer que estar «revestido» (ἐνεδύσασθε; enedúsasthe) en el Mesías es solo una metáfora elegante, el Apóstol tiene algo más concreto en mente. El lenguaje se basa por ejemplo en las Escrituras de Israel cuando las personas están «revestidas» con el Espíritu del Señor y tienen el poder para hablar o actuar por Dios. Según Pablo, estar revestido de Cristo produce poder para vivir de acuerdo con los propósitos celestiales y une a los creyentes con Dios y entre sí.
Cuando los antiguos israelitas se encontraban con el Espíritu de Dios, los autores bíblicos describían a las personas vestidas con atuendos divinos. En el tiempo de los jueces, por ejemplo, Dios visita a Gedeón antes de que entre en batalla: «El Espíritu del Señor revistió a (לבשׁה; lavshá) Gedeón, y tocó la trompeta» (Jueces 6:34). En la traducción griega antigua de este versículo en la Septuaginta, el traductor usa la misma palabra que Pablo usa para estar «revestido» (ἐνδύω) en Jesús. De manera similar, en los días de David, uno de sus valientes recibe el Espíritu de Dios antes de unirse al séquito militar del rey: «El Espíritu revistió a (לבשׁה/ἐνέδυσε) Amasai... y dijo: “Somos tuyos, David, y contigo, hijo de Jesse. Paz, paz a ti y paz a tus ayudantes. Porque tu Dios te ayuda”» (1 Crónicas 12:18). En estos casos, estar revestido del Espíritu era estar equipado para la batalla, razón por la cual Efesios reutiliza las imágenes para describir la defensa contra el mal: «Ponte (ἐνδύσασθε; endúsasthe) toda la armadura de Dios, para que puedas resistir los planes del diablo» (Efesios 6:11).
El estar revestido del Espíritu también podía capacitar a los oradores para proclamar una palabra de Dios. Zacarías, el hijo de Joiada, reprendió a los líderes de Judá después de haber sido equipado por el cielo: «El Espíritu de Dios revistió a (לבשׁה/ἐνέδυσεν) Zacarías... y puesto en pie, donde estaba más alto que el pueblo, les dijo: “Así ha dicho Dios: ´¿quebraron los mandamientos de Jehová y no pueden prosperar?´”» (2 Crónicas 24:20). La ropa neumática (espiritual) de Zacarías le permitió hablar por Dios; el profeta y el Señor estuvieron de acuerdo en llevar a cabo la voluntad divina. La llegada del Espíritu crea un cambio en las personas revestidas para que se transformen en representantes de Dios. Esto es lo que Pablo quiere decir cuando dice que los creyentes han sido «revestidos» en Cristo para que sean «todos uno en el Mesías Jesús» (Gálatas 3:28). Al señalar que, en Cristo, «no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer» (Gálatas 3:28), el Apóstol no describe un cambio carnal en los individuos de modo que su etnia o género ya no sea existente o relevante. En cambio, Pablo declara que cualquiera revestido de Cristo se ha convertido en uno con el Mesías y unos con otros; sin importar la etnia, el género o la posición social de una persona, el Espíritu de Dios se ha derramado por igual sobre todos.
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