¿Qué significa la oración en hebreo?
En el idioma inglés, la oración se define en gran medida por la idea de preguntar. En el inglés antiguo se podría decir, sea a Dios o a cualquier otra persona: «Te ruego que hagas tal o cual cosa». El concepto básico aquí es una petición sincera. El concepto judío de oración, sin embargo, se define mejor por su palabra hebrea (תפילה; tefilá).
El significado principal del verbo (להתפלל; lehitpalél), el verbo detrás del sustantivo, es juicio propio o introspección. Especialmente en las tradiciones jasídicas judías, la tefilá es entendida como una introspección que resulta en la unión entre la criatura y el Creador, como un hijo se uniría con su padre.
No es una sorpresa que cuando sus discípulos le preguntaron al Cristo judío cómo debían orar, él les enseñara qué pedir, asegurándose de dirigirse a su Rey Celestial como «Padre nuestro» (Mateo 6:9). Poco antes de eso, Jesús les advirtió que evitaran el uso de repeticiones vanas que caracterizan enfoques paganos a la oración (Mateo 6:7).
En Isaías encontramos un texto curioso: «Yo los traeré a mi santo monte y los alegraré en la casa de mi oración…» (וְשִׂמַּחְתִּים בְּבֵית תְּפִלָּתִי). Observa la redacción: no «mi casa de oración…», sino «en la casa de mi oración…» (Isaías 56:7; Barachot 7A). Pero, ¿cómo es posible que Dios se dedique a la oración? ¿Y con quién?
La respuesta está en entender que la oración en hebreo no es solo «una sesión de solicitud». Es una unión comunal entre Dios y su hijo. La casa de «su oración» es, por lo tanto, donde Dios mismo se dedica a la introspección y al hacerlo se une profundamente con su pueblo. Ellos, a su vez, intercambian esta acción en sus propias oraciones y se unen con Él.
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