Atar y desatar en los Evangelios y en el Talmúd
Por Pinchas Shir
En Mateo 16:19 y 18:18, Yeshúa habla de «atar» y «desatar» en la tierra y en el cielo. Muchos lectores modernos del Evangelio no se dan cuenta de que estos términos, especialmente cuando se usan uno junto al otro, son expresiones judías antiguas comunes que significan «prohibir» y «permitir» en un contexto legal. En hebreo, (אָסַר; asár) significa «atar», «vincular», «confinar», «encarcelar», e idiomáticamente, «prohibir». El término (הִתִּיר; hitír) significa «desatar», «desvincular», «soltar», e idiomáticamente, «permitir». A finales del siglo I, Josefo usó los equivalentes griegos de esta terminología hebrea. A continuación hay varios ejemplos de estos términos en el Talmúd posterior (c. 600 d.C.).
Estos antiguos textos arameos y hebreos usan la terminología de atar y desatar con frecuencia, y es muy claro lo que significan en el contexto talmúdico más amplio. En este primer versículo, los rabinos discuten la flexibilidad de las interpretaciones de la Torá y las reglas derivadas de ellas:
«Estos son eruditos de la Torá que se sientan en muchos grupos y participan en el estudio de la Torá. A menudo hay debates entre estos grupos, ya que algunos de estos sabios hacen que un objeto o una persona sea ritualmente impuro, y estos hacen que sea puro; estos prohíben (אוסרין; osrín) una acción y estos la permiten (מתירין; matirín); estos consideran un elemento inválido, y estos lo consideran válido... Así también tú, el estudiante, haz que tus oídos sean como un embudo y adquiere para ti un corazón comprensivo para escuchar tanto las declaraciones de aquellos que hacen que los objetos sean ritualmente impuros, como las declaraciones de aquellos que hacen que sean puros; las declaraciones de aquellos que prohíben (אוסרין; osrín) acciones, y las declaraciones de aquellos que las permiten (מתירין; matirín); las declaraciones de aquellos que estimen un elemento inválido, y las declaraciones de quienes lo estimen válido» (Talmúd de Babilonia, Chagigah 3b).
Una vez hubo una disputa entre algunos rabinos de la tierra de Israel y el Rabino Hanina. Deliberadamente revirtieron sus decisiones, justificando sus acciones de que él estaba actuando por su cuenta, e Israel era la autoridad final en asuntos de importancia (Isaías 2:3). Estos fallos se describieron como decisiones «atadas» y «desatadas». Esto es lo que registra el Talmúd:
«Ḥanina dictaminaría un elemento puro, y los sabios de Éretz Yisraél lo dictaminarían impuro; lo dictaminaron rigurosamente. Pero un caso en el que él dictaminaba que un artículo era impuro y ellos lo dictaminaban puro, ¿cuáles eran las circunstancias? ¿Cómo podrían dictaminar puro lo que él dictaminaba impuro? ¿No fue enseñado en una baraita: Si un sabio dictaminaba que un elemento era impuro, a su colega no se le permitía dictaminarlo puro; si él lo prohibía (אסר; asár), su colega no podía permitirlo (להתּיר; lehatír)? La Guemará explica: "Sostuvieron que debían hacerlo en este caso, para que las personas no se sintieran atraídas por él debido a las exigencias de la época en que revocaban sus fallos"» (Talmúd de Babilonia, Berajót 63b).
Otro pasaje del Talmúd de Jerusalén describe a los rabinos discutiendo sobre el mandamiento que aparece en Éxodo 35:3. Este versículo prohíbe encender fuego en sabbat, pero no está claro si se aplica solo a un sabbat regular, o también a un festival. Algunos lo «ataron», es decir, lo prohibieron; otros lo «desataron», es decir, lo permitieron:
«La Casa de Shammai [lo] prohíbe (אוסרין; osrín) y la Casa de Hillel [lo] permite (מתירין; matirín)». El Rabino Nahum, hermano del Rabino Ila, preguntó sobre este asunto al Rabino Yohanan. Él le dijo: “No lo prohíbas. Y no lo permitas”» (Talmúd de Jerusalén, Beitzah 5:2).
Los ejemplos de decisiones de «atar y desatar» son coloridos en los textos rabínicos. En la Tosefta de la Avodá Zará 7a, el Rabino Ami citó este dicho: «Lo que un sabio prohibió, no lo indagues con otro sabio, porque puede permitirlo… (נשאל לחכם ואסר לא ישאל לחכם אחר שמא יתיר)». Cada vez que estos términos se utilizan en un contexto legal, significan «prohibir» y «permitir». Al estudiar los Evangelios, siempre debemos guiarnos por los usos históricos y culturales del lenguaje, y ser conscientes de las formas de vida judías. El contexto de Mateo 16:19 y 18:18 es sobre el establecimiento de reglas. Espero que los ejemplos de estos textos antiguos pinten una imagen vívida de cómo «atar» y «desatar» no estuvieron conectados con el ejercicio del poder sobre el diablo o la guerra espiritual, sino que describieron el proceso de establecer normas y reglas.
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