¿Dios prohibió el homicidio?
Una de las preguntas más comunes que hará alguien serio respecto a la Biblia, tiene que ver con los Diez Mandamientos, específicamente el sexto mandamiento que parece prohibir el acto de «asesinar». Poniendo a un lado la cuestión sobre quitarle la vida a un animal, el caso del homicidio (tomar la vida de un humano) parece estar concluido. Sin embargo, tras un análisis adicional del hebreo original subyacente, surge una imagen más matizada. Permíteme explicarme, por favor.
La mayoría de biblias en español traducen de forma incorrecta (o mejor dicho, no con suficiente precisión) el sexto mandamiento simplemente como: «No asesinarás» (Éxodo 20:13). Pero el hebreo bajo la traducción del español justifica una alternativa mucho mejor: «No cometerás homicidio». Para poner este intenso asunto ético en términos simples, todo homicidio es asesinato, pero no todo asesinato es homicidio. (El homicidio es un asesinato sin una causa justa.)
La palabra hebrea (להרוג; laharóg), «asesinar» puede incluir un homicidio injustificado, pero la palabra hebrea (לרצח; lirtzóaj), «cometer homicidio» nunca se usa para describir un asesinato justificado, como lo es asesinar en defensa propia o por castigo capital ordenado por una corte. (Este acto de «asesinato justificado» puede ser también traducido por un verbo diferente en hebreo (להמית; lehamít) que se puede traducir como «dar muerte a»).
Teniendo esta percepción en mente, la pregunta se vuelve simple. ¿Cuál verbo en hebreo se usa en el Decálogo? La respuesta es (לרצח; lirtzóaj) —el verbo que debe traducirse con mayor precisión, no con el significado amplio de «asesinar»—, sino con una definición más particular, «cometer homicidio».
Entonces, ¿Dios prohibió el homicidio? La respuesta es sí, pero lo permite en algunas condiciones excepcionales.
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