¿Dios tiene «hijos» o «niños»?
El libro de Levítico comienza con el Dios de Israel (יהוה; YHVH) diciéndole a Moisés que le hable a (בני ישראל; benéi Yisraél). Diferentes versiones traducen esta simple expresión de manera distinta. La versión Reina-Valera (1977) y la Biblia de las Américas dicen: «Habla (hacia) a los hijos de Israel», la Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy, La Nueva Versión Internacional y la Biblia de Jerusalén dicen: «Habla a los israelitas…», la Nueva Biblia Viva dice: «Dile al pueblo de Israel». Ninguna versión en español dice: «Habla a los niños de Israel» pero las versiones en inglés The King James, Jewish Publication Society, American Standard, y Douay-Rheims, todas dicen: «Habla a los niños de Israel». Cada una de estas traducciones transmite un matiz diferente en el significado. ¿Cuál es el correcto?
La semana pasada escribí una publicación sobre «el género en la Biblia» que provocó mucha controversia. Las respuestas variaron desde (si puedo parafrasear): «¡Esto es absolutamente trivial y no importa en lo más mínimo!» hasta «¡Esto es una herejía detestable y todo está mal en el mundo!» Afortunadamente, muchos otros comentaristas vieron el valor de considerar y discutir tales temas de una manera razonable.
El caso de (בני ישראל; benéi Yisraél) es otro ejemplo de cuán complicadas pueden ser incluso las opciones de traducción más simples, especialmente cuando se trata de género. Algo siempre se pierde y/o se gana en la traducción. Nunca es posible reproducir el original con el 100% de precisión. Esta frase en particular (benéi Yisraél) aparece cientos de veces en la Biblia hebrea —y si el traductor dice «hijos» o «niños» o «pueblo» hará una gran diferencia en la forma en que los lectores entienden el texto—. Un efecto práctico es que muchas mujeres y niñas, comprensiblemente, se sienten excluidas si la Biblia habla solo de «hijos» y «hombres». Y algunos hombres también han presentado interpretaciones extremadamente misóginas sobre esta base.
Entonces, ¿qué traducción es «correcta»? El hecho es que todas son en parte correctas y en parte incorrectas. Eso es lo mejor que se puede hacer cuando se «traspasan» los significados de un idioma a otro. La palabra hebrea básica (בן; ben) es masculina y significa «hijo» cuando se contrasta con la palabra (בת; bat), «hija». Sin embargo, debido al principio de «representación masculina» o «marca femenina», la misma palabra que significa «hijo» también puede incluir hijas. Además, se puede combinar con otras palabras para producir una gama muy amplia de significados. Es por eso que «el pueblo de Israel» también es una interpretación razonable de (בני ישראל; benéi Yisraél).
Estos tipos de problemas afectan a todos los idiomas, no solo al hebreo y al español. El escritor ruso, Ivan Turgenev, escribió una famosa novela llamada Отцы и дети (Ottsy i deti), que literalmente significa «Padres y Niños», pero generalmente se traduce como «Padres e Hijos». La moraleja de la historia es leer siempre una traducción «con un grano de sal» y tratar de averiguar todo lo posible sobre la traducción original. Y, por ejemplo, si el profeta Oseas (1:10/2:1) habla sobre (בני אלחי; benéi el jáy), sepa que las traducciones «niños del Dios vivo», «hijos del Dios vivo» y «pueblo de un Dios vivo» expresan diferentes aspectos del texto hebreo.
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