El Espíritu Santo en el Talmúd
Por Pinchas Shir
Este extracto es una discusión rabínica sobre la oración de Ana del tratado Berajót, en el Talmúd babilónico. Aunque este texto fue compilado alrededor del año 600 d.C., este registra las palabras de rabinos del siglo II d.C. El texto explica la existencia de algunas normas judías tradicionales sobre la oración (específicamente, la oración desde el corazón, la necesidad de vocalizar la oración y la necesidad de tranquilidad y privacidad en la oración). La parte más notable del pasaje es la afirmación rabínica de que Elí no reconoció lo que estaba haciendo Ana porque el «Espíritu Santo» (רוּחַ הַקּוֹדֶשׁ; rúaj hakódesh) y la presencia divina (שְׁכִינָה;; shejiná) no habitaban con él. Este texto talmúdico comienza refiriéndose a las «halajót» o leyes judías, y se convierte en una discusión que incluye el papel del Espíritu Santo en el discernimiento.
«El Rabino Hamnuna dijo: "¿Cuántas halajót significativas se pueden derivar de estos versículos de la oración de Ana? Como dice: “Y Ana habló en su corazón, solo sus labios se movieron y su voz no se pudo escuchar, entonces Elí pensó que estaba borracha” (1 Samuel 1:13). La Guemará elabora: De lo que se dice aquí: “Y Ana habló en su corazón”, se deriva de la halajá de que quien ora debe enfocar su corazón en su oración. Y de lo que se dice aquí: “Solo sus labios se movieron”, se deriva de la halajá de que quien ora debe enunciar las palabras con los labios, no solo contemplarlas en su corazón. De lo que está escrito aquí: "Y su voz no se pudo escuchar", se deriva de la halajá de que uno tiene prohibido levantar la voz en su oración Amidá ya que debe recitarse en silencio (en voz baja). De la continuación del versículo aquí: “Entonces Elí pensó que estaba borracha”, se deriva de la halajá que una persona borracha tiene prohibido orar. Por eso la reprendió. Sobre el tema de la reprimenda de Elí a Ana, como se dice: “Y Elí le dijo: ´¿Hasta cuándo permanecerás borracha? Quita tu vino de ti´”(1 Samuel 1:14); el Rabino Elazar dijo: “De aquí se deriva de la halajá de que quien ve en otro un asunto indecoroso, debe reprenderlo”.
Y Ana respondió y dijo que: “no, señor mío, soy una mujer de espíritu angustiado, y no he bebido vino ni licor, pero derramo mi alma delante del Señor” (1 Samuel 1:15). Con respecto a las palabras: "No, mi maestro", Ulla, y algunos dicen que el Rabino Yosei, hijo del Rabino Ḥanina, dijo que ella le dijo, en alusión: Con respecto a este asunto, no eres un maestro, y el espíritu (santo) divino (רוּחַ הַקּוֹדֶשׁ) no descansa sobre ti, ya que sospechas falsamente de mí. Algunos dicen otra versión de su respuesta. Ella le dijo, preguntando: “¿No eres un maestro? ¿No están contigo la presencia divina y el espíritu (santo) divino (שְׁכִינָה וְרוּחַ הַקּוֹדֶשׁ) que me juzgaste culpable y no me juzgaste inocente? ¿No sabías que soy una mujer de espíritu angustiado?”» (Berajót 31a).
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