El mundo como Templo de Dios
Por Dr. Nicholas J. Schaser
A primera vista, Génesis 1 parece ser un relato directo de cómo se creó el mundo desde una perspectiva biológica. Si bien el texto describe el orden natural, el mensaje bíblico es más amplio que el biológico: Génesis 1 nos dice por qué el mundo fue creado desde una perspectiva teológica. La actividad creadora de Dios refleja el proceso de construcción del Templo, de modo que Génesis 1 describe el mundo entero como un Templo en el que Dios tiene dominio.
De acuerdo con Génesis 1:6, Dios crea un cielo cósmico: «una expansión (רקיע; rakía) en medio de las aguas». La palabra para «expansión» (רקיע; rakía) —a veces traducida como «firmamento»— es la misma palabra utilizada para el «techo» del Templo de Dios: «Alaben a Dios en su santuario (קדשׁו; kadshó); alábenlo en la expansión (רקיע; rakía) de su fortaleza» (Salmo 150:1). Así como el mundo tiene una «expansión», el Templo de Dios también tiene una «expansión»; Dios construye el cosmos de la misma manera en que los israelitas construyen el santuario de Dios.
Dios ordena a los sacerdotes mantener una «luz» (מאור; maór) en el tabernáculo, el prototipo del Templo: «Ordena a los israelitas que te traigan aceite puro de olivas machacadas para la luz (מאור; maór), para encender lámparas regularmente» (Levítico 24: 2). Este mandamiento recuerda cuando Dios hace el sol y la luna, lo que la Biblia llama «las dos grandes luces (מאורת; maorót), la luz mayor (מאור; maór) para dominar el día, y la luz menor (מאור; maór) para dominar la noche» (Génesis 1:15). Incluso la creación de siete días corresponde al lapso de «siete años» que le tomó a Salomón construir el Templo (1 Reyes 6:38), y la fiesta subsiguiente «delante del Señor nuestro Dios, por siete días» (1 Reyes 8:65). ¡Mientras que otros pueblos antiguos también construyeron templos para sus dioses, los israelitas afirmaron que su Dios vive y reina, no solo en un templo único, sino en todo el mundo!
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