El libro de Daniel refiere constantemente a palabras arameas como «misterio» (רז; ráz), «visión» (חזו; jezév) y «sueño» (חלום; jalóm). Nabucodonosor convoca a adivinos y magos para que revelen (גלה; galá) estas cosas, pero muchos de ellos no tienen éxito en sus intentos. Lo que no ven es que la revelación es una prerrogativa divina. Solo el Dios Altísimo puede revelar la verdadera sabiduría.
El cántico de alabanza de Daniel destaca la naturaleza reveladora de la sabiduría: «Daniel habló y dijo: “Bendito sea el nombre de Dios desde la eternidad hasta la eternidad, porque la sabiduría (חכמתא; jojmatá) y el poder son suyos”. Y Él cambia los tiempos y las estaciones, Él quita reyes y establece reyes, Él da sabiduría a los sabios y conocimiento a los que conocen el entendimiento. Él revela (גלא; galé) las cosas profundas y secretas; Él sabe lo que está en las tinieblas y la luz mora con Él». (Daniel 2:20-22).
Dios le reveló el misterio del sueño de Nabucodonosor a Daniel; el misterio del reino divino. Nabucodonosor no olvidó su sueño y pidió a sus adivinos y magos que lo interpretaran. Si pudieran contarle su sueño, sabría que tenían verdadera sabiduría. Pero se quedaron cortos. Solo fue por la revelación de Dios a Daniel que Nabucodonosor entendería los misterios detrás de sus sueños.
Aquí en Daniel 2 vemos el contraste entre las habilidades de la humanidad y el poder de Dios. Ningún adivino, ningún mago, ningún caldeo, podría poseer jamás el conocimiento de lo divino… a menos que el Señor se lo impartiera. Daniel recibió esta sabiduría no para su beneficio, sino para el beneficio del Rey al dar a conocer la interpretación y aliviar su malestar. Daniel 2:30 dice: «Pero en cuanto a mí, este misterio me ha sido revelado, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al ey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón».R
Por lo tanto, es Dios quien descubre los misterios, quien descubre las cosas secretas para las cuales los adivinos y magos no pudieron reunir una explicación. Esto se debe a que la verdadera sabiduría es un misterio y la verdadera revelación solo está en el reino de Dios.